Ansiedad y depresión
Ansiedad
La ansiedad es una emoción común y normal de las personas frente a situaciones estresantes y de incertidumbre. Se convierte en trastorno de ansiedad cuando esta reacción se activa en situaciones habitualmente no amenazantes/peligrosas o de manera persistente, hasta el punto que interfiere de manera importante en la vida diaria.
El diagnóstico temprano es muy importante, no solo para saber si es un trastorno de ansiedad, sino también para comprender qué naturaleza y características principales de la persona pueden estar interfiriendo con su estado de ánimo, los recursos con los que cuenta o si existe un trauma previo que pueda ser el desencadenante.
Se diagnostica un trastorno de ansiedad cuando una persona:
Tiene una respuesta extrema (por ejemplo, mucho miedo) ante una situación
No puede controlar su reacción
Altera su forma de vida debido a la ansiedad (por ejemplo, no sale a la calle, evita hablar o comer en público, etc.)
¿Qué hago con estos síntomas que tengo? ¿Cómo me encuentro mejor si tengo ansiedad?
La evaluación inicial es muy importante, no solo para saber si es ansiedad, también para saber de donde viene, que cualidades tanto de personalidad como vitales tiene la persona que pueden interferir en esa emoción, de que recursos dispone la persona, si hay algún trauma previo que pueda explicar ciertos síntomas, y la lista puede continuar bastante más.
Depresión
La depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.
Se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
Las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.
La depresión no es un signo de debilidad.
Se puede tratar con terapia o intervención psicológica, con medicación antidepresiva o con una combinación de ambos métodos.